El salvadoreño que trabajará en uno de los mejores restaurantes del mundo

De semblante serio y pausado hablar, este joven barbado es un apasionado de la gastronomía. Cursó algunos años de diseño gráfico, pero finalmente es en la alta cocina donde ha encontrado su espacio de expresión artística.

Tomó estudios de cocina en Scarts y como un alumno aplicado se convirtió en asiduo visitante de la biblioteca especializada. Sus ojos de diseñador detectaron el libro de “The French Laundry Cookbook”, del chef estadounidense Thomas Keller, donde descubrió una cocina distinta.

“Llevo como 20 años de estar comiendo y nunca he visto este nivel. Me explotó la cabeza con ese libro. Era como diseño gráfico aplicado a la comida, todo era perfecto, todo estaba superbien presentado, llevaba una técnica increíble. Me impactó. Fue allí cuando decidí de meterme de lleno a la cocina”, dice ya bastante más resuelto y expresivo que al inicio.

Convirtió el libro en su manual. Luego de las clases, dedicaba su tiempo libre practicar recetas, técnicas y consejos que ahí encontraba, aunque no al pie de la letra, ya que muchos ingredientes y utensilios no estaban a su alcance.

Desde entonces, aprender de los expertos se ha convertido en su motor y con más atrevimiento que experiencia se lanzó a buscar pasantías y empleos en establecimientos y chefs de prestigio.

A sus 26 años, este salvadoreño muestra en su currículum experiencias variadas en restaurantes de alto nivel. En el país, ha trabajado en Sucreé, Humo, Esperanto y el club El Encanto; en Guatemala estuvo en Flor de Liz y en Miami en hoteles como el Four Seasons y el Mandarin, la pastelería Chez Bombom y el prestigioso La Mar, del laureado chef peruano Gastón Acurio.
También ha trabajado en las cocinas de Puyol y el Quintonil, restaurantes mexicanos ranqueados dentro de los 50 mejores del mundo según por los World’s 50 Best, premios reconocidos por la revista Restaurant.

Pero ¿por qué tanto salto? “El ambiente en restaurantes es de bastante rotación , porque la gente siempre quiere estar aprendiendo”, explica Roberto en nuestra cita en el restaurante Boca Boca, en el centro comercial Santa Rosa.