La prometida del Príncipe Alberto II , Charlene Wittstock, cayó bajo el hechizo del sol de Mónaco. Aparte de ser nadadora olímpica al parecer su nuevo color y las arrugas prematuras a los apenas 33 añitos delatan su culto al sol. Así es que nos queda de experiencia para no abusar del astro rey. No importa cuanta protección uses o cuantas horas creas que SI puedes broncearte. Los daños son irreversibles y acumulativos.
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