A veces nosotros mismos somos los causantes de nuestra infelicidad. es cuestión de decidir cómo queremos vivir.
* “Quien me quiera que me aguante” suelen decir quienes se escudan en su carácter para actuar de manera inapropiada. “Así soy, así nací y nada puedo hacer para cambiarlo”. Sin embargo, es claro que no todos están dispuestos a aceptar nuestro ‘carácter difícil’ y con el paso del tiempo podemos sentirnos solos y molestos por nuestra forma de actuar.
El carácter se forma durante nuestra vida por lo que sí puede modificarse y cuanto antes mejor. Podríamos decir que una de las deficiencias del carácter y que causa verdaderos estragos es el enojo. En nuestro país es común ser “de mecha corta”, como se dice coloquialmente, y puede provocar no solo accidentes y asesinatos.
Y es que no solo hay una razón para tratar de controlarlo… Además de dañar nuestras relaciones personales y de trabajo, incluso con desconocidos, hay una larga lista de problemas que causa la ira especialmente en nuestra salud, pues cuando nos enojamos todo el cuerpo se tensa (provocando contracturas y dolores musculares o de cabeza ), además produce sustancias como la adrenalina que altera todas las funciones del cuerpo; el sistema inmunológico puede debilitarse y la gastritis y colitis se vuelven crónicos.
El enojo altera el equilibrio de los sistemas cardiovascular, hormonal y nervioso, aumentando la frecuencia cardíaca y la producción de testosterona. Y si a esto le sumas aquello de que “quien se enoja se arruga”… hay que tomar decisiones ya mismo para controlarlo.
No es fácil pero una vez que reconoces el problema puedes pedir ayuda terapéutica y si crees en Dios quién mejor que Él para pedirle dominio propio.
¿Cómo hacemos?
· Idenfiquemos cuándo nos enojamos y por qué, el orgullo o el temor nos pueden llevar al enojo. Debes trabajar en esas áreas de tu vida que no están bien, si es el caso, trabajar en la humildad y en nuestra autoestima.
· Enojarse es de humanos, pero debes aprender a controlar las reacciones: si estás a punto de estallar respira profundamente esto te dará tiempo de pensar.
· Cuando pienses, una buena idea es ser “empático”, es decir, pensar por qué tu empleado actuó así o por qué tu hijo sacó malas notas.
· Si algo que te enoja está sucediendo date un tiempo libre y piensa en otra cosa… parece mentira pero el tiempo hace ver las cosas de diferente manera.
· Recuerda que cuanto más te enojes más poder le das a los demás para dañarte.
· Muy importante: si de todas maneras te enojaste recuerda “Arranquen de raíz de entre ustedes disgustos, arrebatos, enojos, gritos, ofensas y toda clase de maldad” (Efesios 4, 31) y “No dejen que el sol se ponga estando aún enojados” (Efesios 4:26).
Es decir, procura que las consecuencias de tu enojo no se transformen en rencor. Si insultaste o heriste a alguien por tu arrebato no vayas a la cama sin antes pedir disculpas o perdonar..
Trabajar y perseverar en el control de la ira es un buen propósito de año nuevo, nadie está exento de esta emoción, pero a muchos nos cuesta controlarla. Hacerlo mejorará nuestra calidad de vida un ciento por cien.
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