Recompensas logran que niños se ejerciten

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Un estudio demuestra que los niños harán más actividad física para ganar recompensas, pero que el esfuerzo extra no mejora necesariamente el peso y la salud.

Esto refuerza resultados previos de que los incentivos logran que los niños hagan más ejercicio, pero el objetivo debería ser más desafiante para producir algún beneficio para la salud. “Si tuviera que repetirlo, lo haría más complejo. Fue demasiado fácil”, dijo el autor principal, Eric Finkelstein, de Duke-Universidad Nacional de Singapur.

El sedentarismo en los niños es una gran preocupación en Estados Unidos y el resto del mundo. “Los niños no hacen ejercicio; pasan cinco horas por día frente a una pantalla”, dijo Gary Goldfield, del grupo de investigación Vida Activa Saludable y Obesidad del Hospital de Niños de Ontario Oriental.

El equipo diseñó un programa para promover la actividad física de alumnos de escuela primaria. Todos los participantes utilizaron un podómetro durante nueve meses para determinar cuántos pasos daban por día. A 138 niños se les pidió que dieran un mínimo de 8.000 pasos diarios (para un adulto, son unos 6 km).

Cada mes, los niños que habían alcanzado ese objetivo por lo menos la mitad de los días, recibían una tarjeta de regalo de la tienda de juguetes Toys-R-Us de 24 dólares. También podían concurrir a eventos al aire libre con atractivos para ganar entradas para un parque temático o el zoológico.

El equipo comparó esos resultados con los de un grupo de 113 niños que utilizaron un podómetro, pero no recibía incentivos ni invitaciones para participar de actividades al aire libre.

Al inicio y al final del estudio, los autores registraron la altura, el peso, la frecuencia cardíaca y otros valores de la salud física y mental de los niños. Hallaron que los niños que recibían incentivos eran más activos: daban unos 8.660 pasos diarios, mientras que el otro grupo daba unos 7.767 pasos diarios.

“Los resultados no son tan sorprendentes”, dijo Goldfield. La pequeña diferencia en el nivel de actividad entre los grupos explicaría por qué los autores no detectaron diferencias en el IMC o el estado de salud general al final del estudio. A pesar de eso, los resultados demuestran que los incentivos funcionan para aumentar la actividad física infantil. “Si se mira el porcentaje de niños que alcanzaron los 8.000 pasos diarios, los efectos son más grandes”, señaló Goldfield.

El 2 por ciento del grupo que no recibió incentivos alcanzó ese objetivo diario, comparado con el 24 por ciento del grupo que accedió a recompensas. “Los incentivos son importantes para adoptar conductas” y no es mala idea comenzar con objetivos de fácil alcance, sostuvo Goldfield

30 de agosto de 2015 | Parque Bicentenario