La decoración de la casa es uno de los primeros retos que se presenta al momento de iniciar la nueva vida de casados, en la cual tienen que combinar los gustos para que esta sea un reflejo de su personalidad como pareja haciendo a su vez que cada uno se sienta confortable en ella.

Es importante tomarse el tiempo para ver revistas de dis­eño o identificar objetos decorativos que sean de gusto común y así determinar cuál será el estilo a seguir en la decoración. Teniendo este punto de referencia claro se procede a darle vida a los espacios con el color, el primer consejo es mantener un color predominante en todo el hogar, de preferencia un color claro en la gama de los neutros: como los tonos cremas, los beige suaves y los blancos; esto generará unidad entre los espacios y será el lienzo perfecto para empezar a realzar los detalles.

Ahora recorra la casa como normalmente lo haría desde la sala de entrada hasta la habitación principal determinando en cada uno de las áreas una característica principal que le gustaría que la definiera, de esta manera puede asociarlas con los efectos decorativos de los colores y así elegir el color de acento en las paredes.

Para ambientes acogedores y luminosos utilice colores en la gama de los amarillos y naranjas ideales en espacios como salas familiares y comedores, por ser tonos energéticos y estimulantes.

Si quiere dar un toque llamativo y moderno recorra la gama de los rojos y violetas, que utilizándolos en pequeñas dosis aportará vitalidad en los espacios como en vestíbulos o salas principales que serán la atracción de sus visitas.

O si lo que busca es un ambiente relajado y confortable acceda a la gama de los verdes y azules que por su relación con la naturaleza, aporta a los espacios un carácter de orgánico que va muy bien en habitaciones y cuartos de estudio.

No olvide combinar estos colores con el mobiliario y los accesorios, ya que en conjunto con las paredes formarán parte de una sola ambientación.